Como un segundo nacimiento

Estoy agradecido con el Sr. Sierra. Gracias a él y con él, sesión tras sesión, pude cernir y trabajar lo que me perturba desde hace mucho, demasiado tiempo. Salí de esa curva que había tomado y que poco a poco, pero fatalmente, me arrastraba hacia el suelo. Sus intervenciones destiladas, sus observaciones a veces incisivas pero siempre benevolentes, reposan aún en mí, al punto que hoy, tranquilo, vuelo de nuevo con mis propias alas y sobre todo le he retomado el gusto.

Durante ese trabajo aprecié su disponibilidad, su puntualidad, su paciencia, su gentileza y finalmente su profesionalismo. Me arrepiento sólo de una cosa: de no haberme atrevido a llamar a su puerta antes.

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